domingo, diciembre 03, 2006

Churras con merinas, peras con manzanas y otras hierbas

¿Tienen las personas el derecho de estar enfadadas? ¿Qué limitaciones tiene ese enfado con las relaciones sociales? Todo el mundo conoce o ha conocido a una persona que estaba enfadada de su entorno o el ha sido el protagonista. Una situación que se presenta ante "las relaciones sociales" de esa persona de modo y manera diferente.
Una persona enfadada por lo general se retira de esas supuestas "relaciones sociales" hasta que se supone que se le pasa el enfado (un dia, una semana, un mes, años...). Un amigo se acerca a esa persona, trata de ayudarle y lo único que encuentra es indiferencia, como es su amigo, lo comprende. Pasan unos días y vuelve a ver a esa persona y ve que se relaciona con el frutero, con un compañero de trabajo, con un vecino, con otro amigo y cuando uno se le acerca para preguntarle que le pasa le responde: No me pasa nada (frase favorita para ahuyentar a las personas).
¿Hasta que punto una persona enfadada o un enfadado tiene un cierto compromiso con su círculo social? Más de una vez, la persona cercana paga los platos rotos, más de una vez el interesado sufre la indiferencia sin saber que hacer y más de una vez vuelves a repetir ese modelo de platos rotos e indiferencia cuando a ti te sucede lo mismo.
¿Hay que apartarse de la gente que te aparta o insistir? mucha gente se siente en el compromiso de no abandonar el barco hasta que las ratas salten por la borda, otras se cansan al primer impedimento. Quizás el espacio y el tiempo sea la mejor medicina y el orgullo el peor remedio, incluso hay gente que ante ciertas circunstancia se apartan como elefantes enfermos. Todo el mundo te gritará: RESPETA LA DECISIÓN DE ESA PERSONA. Pero un amigo no dejaría o debería quedarse indiferente.
Y cuando todo llega a su fin se acaba con un: hola, ¿qué tal... quedamos para tomar algo? Y todo se borra, se borrán las indiferencias, los desaires, las malas caras...