martes, septiembre 19, 2006

La mala vida

¿Trabajamos para vivir o vivimos para trabajar? Desde hace un tiempo esa pregunta me taladra la cabeza, y no es algo novedoso ya que tengo varias entradas que podrían acercarse a esa premisa.
Cuando uno se fija por las mañanas en otros trabajadores un piensa que en algo estamos fallando. Tenemos miles de comodidades a nuestro alcance para facilitarnos la vida, pero muy pocas novedades a la hora de trabajar. Incluso ya el hecho de tener que trabajar y ser cada vez más competitivos nos convierte en autenticos "neo-esclavos".
Cada vez los horarios son más exigente, se procura una humanización en ellos, pero lo único que consiguen es una crispación generalizada y un aumento de la productividad, que en mucho de los casos es "anti natura". La competitividad que en un principio estaría bien se ha convertido en un mecanismo de producir más y con un sólo beneficiario, que al final nunca es el trabajador.
¿Alguien ha pensado algún día en cuidar al trabajador o es como una simple máquina, cuando empieza a fallar se sustituye?

P.D: ¿Por qué nadie es capaz de citar el nombre del inventor del despertador pero si el nombre del inventor del teléfono o la penicilina?

1 Comments:

Blogger Bosco said...

Como te entiendo...
Pero basta con ser un día valiente y dar el salto...
No conformarse y arriesgar por algo que te gusta.

9:58 a. m.  

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